jueves, 14 de febrero de 2013

Y esa luna en el cielo que parecía una sonrisa...

Aquí estoy, 2:05 am según el reloj de mi laptop. Las sábanas frías de mi cama me invitan a hundirme en ellas, pero por una extraña razón mis ojos se quedan perdidos en aquel pedacito de luna cuyo brillo tímido se muestra en mi ventana.

Siempre he tenido problemas con el sueño, soy un ser nocturno, en las mañanas mi cerebro sigue dormido y mi cuerpo se mueve por inercia. Es a golpe de 11:00 am que empiezo realmente a reaccionar. Pero desde diciembre para acá, las noches se me están volviendo amargas, pues todo mi cerebro parece conspirar en mi contra y hace justo de esas horas, el momento perfecto para que yo recuerde los mil y un problemas, preocupaciones y tristezas que tengo. Es inevitable que las lágrimas no estén a flor de piel, pero me parece injusto que no pueda dormir, cuando mi vida no es tan mala como mis palabras -y mi malvado cerebro- quieren hacer ver.

En fin, los minutos siguen haciendo su desfile triunfante ante mis ojos, las sábanas insisten en seducirme, el cerebro quiere ganar la pelea, y mis dedos expulsan sentimientos a través de las teclas, todo esto mientras yo no dejo de pensar en esa luna de sonrisa que aguarda al final de mi ventana y que seguramente es testigo de millones de personas que como yo, trasnochamos nuestros deseos ante ella...

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