domingo, 17 de febrero de 2013

Vientre sin cuna...

A mi derecha se presenta imponente, grande... su color negro confunde a mi vista y por un momento no logro entender lo que mis ojos observan. A su alrededor 16 súbditos le hacen compañía.

A mi izquierda otro de similar tamaño, un poco más pequeño pero igual de tenebroso... Él también tiene varios forajidos que tratan de huir, pero siguen ahí, desarrollándose en mí, alimentándose de mi sangre y negándole la dicha a mi vientre de que se convierta en cuna.

Es un consultorio frío, tanto o más que el rostro del médico que me explica que estos "quistes" están creciendo en cada ovario... Por un momento siento un fuerte zumbido en mis oídos que solo logra desaparecer cuando escucho la frase que me devuelve el alma al cuerpo: "tranquila no son malignos".

Salí de aquella cita médica con mucha ansiedad y sentimientos encontrados. ¿Cómo no puede ser maligno algo que me impide ejercer plenamente mi función de mujer?, ¿Cómo no puede ser maligno algo me hace sentir vacía e incompleta?... ¿O acaso maligno solo es cuando arrebata una vida? pero... ¿qué pasa cuando impide crear vida?, ¿eso no es maligno también?

Me miro en el espejo encerrada en mis cuatro paredes y no dejo de pensar en que eso que crece en mí no late, ni se mueve, ni respira, ni llora... Eso que está ahí -o más bien "esos" que están allí- son el recordatorio fiel de que el tiempo pasa sin pedir permiso, dejando consecuencias en todo lo que toca.

Y aunque sé que tengo el poder en mis manos, que con una pequeña cánula ellos desalojarán mi cuerpo y me dejarán libre, tengo miedo de que aún sin su presencia, mi útero, mi vientre, se niegue a convertirse en cuna...

viernes, 15 de febrero de 2013

Del rojo sangre al rosado amor

A veces cuesta mirar a los demás y no etiquetarlos, incluso no limitarlos: "Esa muchacha que tiene tremendo cuerpo seguro no tiene nada en la cabeza", "Si así habla imagínate cómo será en su casa", "Ese rockero jamás en su vida debe haber bailado salsa", "Si compra El Propio debe ser Tuky", y como estas, millones de conjeturas que hacemos diariamente como si fuésemos el Dios supremo que todo lo puede y todo lo sabe.

Traigo esto a colación porque precisamente con este tema del Blog, una amiga me dijo: "Epa pero ¿tu no tenías un Blog donde escribías sobre crímenes? No entiendo ese cambio ahora". Y fue entonces cuando recordé que una vez una persona especial me dijo que no asimilaba que yo, una mujer inteligente, periodista y esas cosas, me encantara ver esos programas de televisión superficiales y de moda. Mi respuesta fue sencilla, sin mucho adorno: "Así soy".

Y en efecto pude dar esa respuesta, entender lo que me gusta y lo que no y hasta -sí-, darme cuenta que mis aficiones son un tanto diferentes unas de otras; luego de muchos años, luego de tratar de cambiarme y de hasta aceptar que otros también trataran de hacerlo!!

Es por eso que hoy reconozco con orgullo que me encantan las pelis de terror y suspenso: mientras más sangre haya pues mejor, pero amo las cosas cursis y románticas de la vida. Adoro leer un buen libro de Isabel Allende, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, el gran García Márquez; pero como muchas me quedé prendida con la bendita trilogía de Cincuenta Sombras de Grey.

Así como puedo estar conversando sobre la economía del país y la devaluación, en cuestión de segundos puedo hablar sobre los zarcillos y collares que se están llevando o sobre la última cartera que me compré.

Sé que no soy la única "rareza" de la naturaleza, pues la vida es así: llena de contrastes, matices, colores... Y no hay nada mejor que conocerse y estar a gusto con lo que se es.

Sip, tuve un Blog de crímenes impactantes -el cual por cierto cerré- pero me sigue encantando ese tema, pero ahora cuento con este espacio en donde, como dije desde el principio, plasmaré mi visión del mundo.

Qué viva la diversidad!!

jueves, 14 de febrero de 2013

Y esa luna en el cielo que parecía una sonrisa...

Aquí estoy, 2:05 am según el reloj de mi laptop. Las sábanas frías de mi cama me invitan a hundirme en ellas, pero por una extraña razón mis ojos se quedan perdidos en aquel pedacito de luna cuyo brillo tímido se muestra en mi ventana.

Siempre he tenido problemas con el sueño, soy un ser nocturno, en las mañanas mi cerebro sigue dormido y mi cuerpo se mueve por inercia. Es a golpe de 11:00 am que empiezo realmente a reaccionar. Pero desde diciembre para acá, las noches se me están volviendo amargas, pues todo mi cerebro parece conspirar en mi contra y hace justo de esas horas, el momento perfecto para que yo recuerde los mil y un problemas, preocupaciones y tristezas que tengo. Es inevitable que las lágrimas no estén a flor de piel, pero me parece injusto que no pueda dormir, cuando mi vida no es tan mala como mis palabras -y mi malvado cerebro- quieren hacer ver.

En fin, los minutos siguen haciendo su desfile triunfante ante mis ojos, las sábanas insisten en seducirme, el cerebro quiere ganar la pelea, y mis dedos expulsan sentimientos a través de las teclas, todo esto mientras yo no dejo de pensar en esa luna de sonrisa que aguarda al final de mi ventana y que seguramente es testigo de millones de personas que como yo, trasnochamos nuestros deseos ante ella...